Se vale sucumbir, aunque sea por segundos, cuando las fuerzas ya no dan y el cansancio llega hasta los huesos. Se vale rendirse, cuando llega la noche y el silencio y soledad dan espacio al dolor. Se vale ser humano, soltar lágrimas que llenan ríos ya secos de tanto sol. Mañana la lucha sigue, y quizá mañana las fuerzas vuelvan para seguir esta lucha que no es tuya no es mía es del pueblo.