Blanca
Te vi blanca frente a mí, como las paredes de la casa de Regina*, te vi ahí después de siete años huyendo de vos, te vi sublime y eufórica como las sensaciones que causas en mí.
Te admiré y no me pude resistir, te aspiré, sentí tu olor y el resabio en lo más profundo de mi garganta, entraste en mí, poco a poco volví a tener el valor y las fuerzas que había perdido.
No me dejaste dormir, trajiste a mi recuerdos e ideas, hoy estoy acá extrañándote nuevamente y sintiendo el temblor en mis manos y mis pies generado por la ansiedad de querer tenerte en mí.
Te digo nuevamente adiós.
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*Yo, que sólo creo en las aureolas de mis pezones
y conservo blanco sólo las paredes de casa
y las líneas que meto en mi nariz
odio que me llamen ángel.
Yo, que lo único que quiero es fuego.
Regina José Galindo