Sismos

La tierra tiembla como reclamando, y la impotencia me llena, el temor de no poder controlarlo saber que no esta en mis manos, y solo escuchar ese sonido que viene desde sus entrañas y nos sacude, como pidiéndonos reaccionar, dos terremotos y más de quinientas replicas en menos de 24 horas, así es ella y se hace escuchar, así es mi tierra, así es mi ciudad, a la vez algo dentro de mí se va acomodando como esas placas tectónicas, terremotos emocionales, que me causan los mismo temores e impotencia.

Se mueve la tierra y todo dentro de mí también, aprender a decir adiós cuando es el momento y saber decir hola a algo que podría ser bello.

Al pasado se le repite esa frase anónima “…Ojalá algún día coincidamos en otras vidas, ya no tan tercos, ya no tan jóvenes, ya no tan ciegos ni testarudos, ya sin razones sino pasiones, ya sin orgullo ni pretensiones, ojalá…”

Y estoy acá sin pronósticos, sin promesas, ni expectativas, imperfecta, con temores, ansiedad, transparencia, espacios, libertades, fijaciones, emociones, silencios y a veces mucho ruido, concentrada en el yo, pero ya era hora, gracias por venir.